Después de una demo de producto, conversando con el comercial preventa que nos había hecho la presentación, salieron, como es habitual, los proyectos y clientes del producto en cuestión (o referencias como se les conoce en el argot).
Aparte de explicarme lo contentos que estaban sus clientes y lo bien que les había salido el proyecto (algo esperado), mi interlocutor me insistió en la excelencia de los productos y servicios de sus clientes, e incluso me sugirió que creía que podríamos colaborar con ellos –sus clientes- ya sea directamente -como clientes de sus clientes- o incluso ofreciendo, nosotros, los productos/servicios de sus clientes a nuestros clientes.
Una vez que me despedí del comercial me quedé pensando en lo que acababa de hacer esa persona. No sólo había intentado vender sus productos y servicios, también quería vender los de sus clientes. Y tiene lógica, al final si su cliente hace negocio es muy probable que él mismo se vea beneficiado, y no estoy pensando en comisiones ni nada por el estilo, sino en el beneficio asociado a que a su cliente le vaya bien.
¿Es una muestra de los nuevos usos y costumbres que nos están trayendo estos tiempos tan complicados? ¿Colaboración vs pura competición?
En cualquier caso debo decir que captó mi atención y que ya estoy dándole vueltas a como concretarlo. No sólo en un sentido (nosotros vender a nuestros clientes), sino también que nuestros clientes nos vendan a sus proveedores.
Son tiempos de tejer redes de cooperación y complicidad, ¿no?
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