Existe el tópico de que vender es muy difícil y duro, que has de ser de otra pasta para aguantar tanta negativa, etc. pues después de vivir lo que ahora cuento, lo empecé a ver con otra perspectiva.
Contexto: Un proceso de selección de un ERP que está en su ronda final con tres finalistas. Estamos en una sesión de trabajo con uno de los finalistas y su comercial preventa se levanta de su silla, se dirige al centro de la sala y después de una pausa intrigante y mirar muy serio a los ojos de todos los presentes, con una entonación grave, va y suelta:
Dicen que es duro vender pero ¿os dais cuenta de lo duro que es también comprar?
La reacción de los presentes -los decisores finales- fue de risitas en la sala al principio pero estoy seguro que momentos después, cuando tuvieron ocasión de reflexionar, como me pasó a mí, esas risitas se transformaron en sudores fríos.
Porque el proyecto era de varios millones y su decisión -su decisión de compra- iba a comprometer a su compañía por muchos años. Y eran ellos, sólo ellos, quienes iban a tomar esa decisión… aunque todo hay que decirlo: con el trabajo que hemos hecho se lo hemos puesto bastante más fácil, al menos podrán justificarlo objetivamente.
Y si hablamos de ventas, siempre me viene a la cabeza esto 🙂
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